A Pie por Soria

Quintana Redonda y sus barrios
Los Llamosos-Izana-Las Cuevas-Monasterio-La Barbolla y Camparañón

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El río Izana bajo el puente de Quintana Redonda (Soria)Unos cincuenta kilómetros, ida y vuelta desde Soria capital, habrán bastado para recorrer una pequeña zona soriana que discurre por las serrezuelas de San Marcos y de Inodejo, deterioradas, trabajadas, esquilmadas en su día por la labor de carboneros y el cisqueros, hoy regeneradas, y regadas, cuando el agua de lluvia lo permite, por pequeños ríos de la cuenca del Duero, el Mazos, y el Izana, que desaguan directamente al Duero, y el Castro y el Erices, que formarán el Fuentepinilla antes de ir al río padre.

Cubren estas tierras bosques de encina y carrasca sobre todo, pero también árboles de ribera y pinos. Tierras de cereal, como casi todas en la provincia, salpicadas de girasol y de pequeños huertos para el gasto familiar. Este paisaje, familiar, doméstico y domesticado, mezcla de ocres, amarillos y verdes, da al espacio un carácter seguro y tranquilizador, invitando al paseo o al recorrido en bicicleta, coche, e incluso caminando la mayor parte de él.

Como sucede habitualmente, lo más cercano es aquello que se deja para visitar más tarde, y no se visita, o al no ofrecer la espectacularidad de paisajes como los de los pinares del norte-oeste, se desechan. Merece la pena dedicar una mañana, al menos, para recorrer los pueblos de Camparañón, Los Llamosos, Izana, Las Cuevas, Quintana Redonda, Monasterio y La Barbolla, siguiendo la carretera SO-100, y dejándola de vez en cuando, para tomar otras locales bordeadas de arbolado, solitarias, unos pocos kilómetros, y tornar a la 100, una vez visitado el pueblo recomendado. Excepto Quintana Redonda y Las Cuevas, y salvo que la ruta se haga en verano, vamos a encontrar los pueblecillos sin apenas habitantes, aunque en la mayoría las casas están arregladas y prestas para ocupar por sus propietarios en días vacacionales, a excepción de La Barbolla, deshabitado, aunque también aquí veremos una nave agrícola, lo que indica que no está abandonado.

Como decíamos más arriba, fue una zona donde se elaboró, cuando el calor de las casas se conseguía con estufas de leña, braseros, o lumbre baja, cisco y carbón. Todavía en Las Cuevas recuerdan cada año esa actividad un día de marzo, y se conservan fotos de carboneros y cisqueros entrando con los animales de carga por la calle Aguirre para vender el producto en la capital. En Quintana Redonda se dedicaron a la extracción de la resina. Y los de Camparañón y La Barbolla, más atrás en el tiempo, en el del Marqués de la Ensenada y su Catastro, se dedicaron a la arriería.

Estas localidades fueron de realengo, al pertenecer a la Universidad de la Tierra de Soria, salvo La Barbolla y Monasterio, cuyos vecinos pagaban parte de los impuestos al duque de Medinaceli (siglo XVIII), al pertenecer a la Comunidad de Villa y Tierra de Calatañazor. En la actualidad forman un único municipio cuya cabeza es Quintana Redonda, excepto Camparañón que pertenece al municipio de Golmayo.

"El puente de los tres ojos" en Camparañón

En la SO-100, en Navalcaballo, sale una carretera por la que se llega a Camparañón, tres o cuatro kilómetros, bordeaba por encinas vetustas y tierras de cereal. Lo más interesante de este pequeño lugar es el puentecillo posiblemente romano, aunque los estudiosos opinan que si bien en principio podría haber sido diseñado en esa época, habría sido reconstruido en los siglos XVII o XVIII con los materiales antiguos. El resultado es interesante. Tiene tres ojos y podría haber servido, según el cartel indicativo, para dar salida, mediante calzada de tierra, a los poblados de la zona hacia la vía 27, que unía Numancia con Uxama. Blas Taracena no lo menciona en su Carta Arqueológica, pero sí se detiene en un yacimiento en el cerro de Carranalón, un kilómetro al Sur del pueblo, donde afloran tiestos de cerámica roja celtibérica “que parecen acusar un poblado de los siglos II-I antes de J.C.”. También inventaría una pieza de bronce de baja época imperial, broche de capa o arnés, conservada en el entonces Museo Celtibérico de Soria. Hay que preguntar por la Cueva de los cochinos, con pinturas rupestres, de la que no podemos decir nada más, ya que hasta ahora no la hemos visitado.

Se tomará de nuevo la SO-100 hasta Los Llamosos. En lo alto de un montecillo -¿castro?- se asienta este pequeño pueblo que luce dorado cuando el sol va poniéndose, y se convierte en faro de la pequeña zona que estamos visitando. Tiene una iglesia advocada a Nuestra Señora de la Asunción, románica, sencilla, pero que alberga pinturas góticas y una rústica pila bautismal de la época. Demasiados amigos de lo ajeno han provocado que la mayoría de las iglesias de estas tierras sorianas –y castellanas en general- no puedan ser visitadas. Hay que confiar en la suerte para que la persona que guarda la llave esté en el pueblo, o se fíe de nosotros para mostrarla. También se puede averiguar la hora en la que los fieles oyen misa, y llegar a punto, porque merece la pena una visita a este templo pequeño.

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Iglesia de Nuestra Señora de la Asunción. Los Llamosos (Soria)Los Llamosos (Soria)

Se bailan en este pueblo las conocidas como Danzas de Los Llamosos, baile de paloteo, sobre las cuales hay varios trabajos publicados, uno de ellos por José Ramón López de los Mozos y Carlos de la Casa, en el número 208 de la Revista de Folklore, que puede consultarse por Internet. Nosotras, en nuestro web, también recogimos algo de ellas, cuando el grupo de Los Llamosos se desplazó a danzar al pueblo de Alconaba, hace ya algunos años.

Un atractivo añadido se encuentra en Los Llamosos. Se trata de una serie de actividades relacionadas con el mundo rural con el eje central de los burros, esos animales que tanto gustan a los niños. Paseos en ellos, granja escuela, aula didáctica, y otras actividades.

De nuevo en la SO-100, la cruzamos para tomar otra carretera local que nos llevará a Izana, nombre que el pueblo comparte con el río. El interés de este pueblo, también pequeño, además del paisaje que irá acompañando toda la ruta, es la iglesia dedicada a los santos Gervasio y Protasio. Y hemos de decir aquí lo mismo que dejamos dicho para la de Los Llamosos. Lo mejor es dirigirse al alcalde pedáneo, Faustino Soria, quien, si se encuentra en su casa de la calle Real, la mostrará con gusto. Nosotras no comentamos nunca lo que alberga el interior de las iglesias, por aquello de los amigos de lo ajeno, aunque otros lo cuelgan en la red y lo jalean, pero sí podemos adelantar que guarda pila bautismal y aguabenditera y que bajo la capa de cal de las paredes se adivina la existencia de pinturas.

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Iglesia dedicada a los santos Gervasio y Protasio. Izana (Soria)Iglesia dedicada a los santos Gervasio y Protasio. Izana (Soria)Iglesia dedicada a los santos Gervasio y Protasio. Izana (Soria)

 

Siguiendo esa misma carretera local, a dos kilómetros, se llega a Las Cuevas, pero como de este lugar ya lo hemos dicho casi todo en nuestro web, nos detendremos a mitad de camino para visitar la villa romana “La Dehesa”, recientemente abierta al público, tras años de permanecer cerrada. También la información sobre ella pueden verla en nuestro web.
Las Cuevas

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Cañón del río Izana. Las Cuevas (Soria)Y de Las Cuevas no nos resistimos a resumir la belleza de su entorno, concretamente el cañón por donde discurre el Izana, cuando lleva agua, las buitreras, el círculo protegido por los riscos donde cada año, la noche de Todos los Santos, un grupo de personas pasan el fuego después de haber escenificado la leyenda de Bécquer sobre el monte de las Ánimas. La espectacularidad del paisaje desde la ermita de los Santos Mártires, sobre un castro, donde cada año trasladan los relicarios desde la iglesia. El museo etnológico. La fiesta del cisco. Muchas emociones al alcance de los ojos y a escasos kilómetros de Soria, si es que se parte desde la capital, un poco más alejado si se hace desde otros pueblos.

Hay que volver a la SO-100, pasar de largo Quintana Redonda –se puede parar a la vuelta- y seguir hasta el cruce de Monasterio para buscar otra carretera local hasta La Barbolla. Sólo veremos aquí la iglesia de San Bartolomé. Un tejadillo apoyado en dos vigas de madera, que amenazan ruina, como todo el templo, protege la portada románica del siglo XII.

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Iglesia de San Bartolomé. La Barbolla (Soria)

Tantos templos de la época sobresalen en las tierras de Soria, que se comprende la dificultad para ser restaurados, y más en estas fechas, cuando la Fundación Soria Románica, dependiente de la de los Duques de Soria, ha perdido la financiación, pese a la encomiable labor que durante años han llevado a cabo en la provincia. Sólo así es posible comprender en parte el estado de algunos –demasiados- de estos monumentos que otros pueblos desearían poseer. Ignoramos el destino de la imagen  del Santo Cristo de la Piedad, “tenida en gran veneración por toda la circunferencia”, según Pascual Madoz, y que se encontraba por la época (mediados siglos XIX) en el interior de la iglesia.

Iglesia de San Bartolomé, La Borbolla

Por los alrededores está Monasterio, en plena sierra de Inodejo, un lugar alto y, como diría Madoz, batido por todos los vientos, todo piedra viva, con el caserío adaptado a este accidente geológico. Una iglesia cuya particularidad consiste en que el campanario se construyó aparte, y un lavadero público de piedra y circular, constituye el atractivo constructivo de este lugar. Es el entorno lo más destacable, la sierra de Inodejo por un lado, y abajo, en el valle de las aguas que formarán el río Fuentepinilla o Andaluz, está la dehesa regada (cuando hay agua) por el río Erices, estudiada en algunos de los documentos relativos a ella por José Ignacio Esteban Jáuregui, y publicados en nuestro web. En breve contará este singular lugar con, al menos, dos casas rurales.
Monasterio

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Monasterio. SoriaMonasterio. Soria

 

De vuelta a Soria, en Quintana Redonda, es posible comer en el bar de las piscinas municipales. Hay dos casas rurales, la Quinta Mangas Verdes y la Vieja Cantina. Una vez más hemos de remitir a nuestro web donde encontrarán amplia información de Quintana, de su museo del cántaro, del ceramista Evelio Arnaz, del palacio de los González de Gregorio, de su interesante plaza de toros, y de todo aquello que hasta le fecha hemos recogido. De momento es uno de los pocos pueblos de Soria por donde discurre el tren Soria-Madrid.
Quintana Redonda

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Lavadero de Quintana Redonda (Soria)

La zona que hemos recorrido es abundante en níscalos, aunque la sequía ha impedido que ese codiciado fruto haga su aparición las últimas dos temporadas.

© soria-goig.com

 

Quintana Redonda      Las Cuevas      Monasterio
El río Mazos y Camparañón
Izana, nombre de manantial
Iglesia de San Bartolomé, La Borbolla
Datos históricos de la Dehesa de Monasterio
Villa Romana "La Dehesa" de Cuevas de Soria
Rutas del Románico y Gótico
Fuentes y Manantiales de J. I. Esteban JaureguiFuentes y Manantiales de Soria, José Ignacio Esteban Jauregui

Senderismo por el Cañón del río Izana
Los Llamosos - caminosoria.com
www.soriaromanica.es
Mendikat :: Soria  :: Sierra de Hinodejo
VIKENSROBBOTDonde comer y dormir

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