 A Pie por Soria
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Hace unos años recorrimos la zona de Quintana Redonda y sus barrios. Se trata de una comarca donde abunda el pino, discurren los ríos Izana y Erice, y todos y cada uno de sus pueblos cuenta con un atractivo de interés: románico en Los Llamosos, Izana, Monasterio, La Barbolla, y Quintana Redonda (la portada de la vieja iglesia que da paso al cementerio). Romano en Las Cuevas y Camparañón. En Quintana el Museo del Cántaro, el palacio de los González de Gregorio... y está entre los dieciséis y los veinticinco kilómetros de la capital. Pero hoy vamos a fijarnos en la iglesia de La Barbolla. Esta aldea, ya deshabitada, perteneció a la Comunidad de Villa y Tierra de Calatañazor. Como todos los pueblos y aldeas de la Vieja Castilla, sus vecinos estuvieron dedicados a la agricultura y la ganadería, tuvo escuela, a mediados del XIX la población era de 63 vecinos, en fin, que no se entiende el porqué de su despoblación, toda vez que la tierra es buena y la situación geográfica también. Pero esa es la realidad.
Volvamos a la iglesia, del siglo XII. Está construida de mampostería con esquinas de sillería, el ábside es semicircular. Destaca la portada, abierta en el centro del muro sur, con cinco arquivoltas. Los capiteles están decorados con helechos, hojas lobuladas, tallos... Todo encalado. Por temor no entramos, pero vemos en La Enciclopedia del Románico que, cuando se publicó, todavía permanecía la pila bautismal, el retablo, un incensario. Leemos que al fondo de la nave hay/había tres estelas discoidales y en el exterior del templo una lauda sepulcral.
Sería el año 2012 cuando la visitamos y fotografiamos por última vez. Que sepamos no se ha llevado a cabo ninguna restauración, ni está previsto. Creemos que en unos años, las piedras de este magnífico ejemplar de románico, podremos verlas sirviendo de macetas en cualquier casa de los pueblos vecinos, o marcando lindes, o sujeta con mortero en la fachada de cualquier casa de nuevo rico quien si se hace con más de un capitel, los colocará a cada lado de la chimenea sobre columnas de estilo jónico-moderno. En fin, un despropósito más.
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