Soria Ciudad, 1922 (1)

José Tudela de la Orden

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Plano de Soria ciudad, 1927

El origen de la Ciudad

La situación estratégica de Soria y sobre todo la de su Castillo, como punto de defensa del paso del Duero, tuvo necesariamente que ser aprovechada por todos los pueblos y gentes que vivieron y lucharon por estas tierras.

Así lo han demostrado algunos hallazgos que se hicieron no hace muchos años al removerse las tierras del Castillo.

Se encontraron restos de poblaciones ibéricas, cristiano-medievales y musulmanas.

Pero a pesar de esto, apenas si se tienen noticias y testimonios referentes a Soria hasta la Baja Edad Media. Sólo sabemos que la reconquista el Conde Fernán González en el siglo X, que en el siglo XI estaba en poder de Sancho el Mayor, que luego debió perderse y fue otra vez conquistada por el Caballero Antolín Sánchez, compañero del Cid, que por eso se denominó también Soria, volviéndose a perder y luego a conquistar y a poblar por el Rey de Aragón don Alfonso el Batallador que reconquistó y pobló también Almazán y Gormaz, dejando en estas tres plazas caballeros aragoneses y navarros para tenerlas seguras, con los privilegios y franquicias de costumbre. Algunos de estos caballeros, con otros nobles de la comarca constituyen el núcleo y origen de los Doce Linajes.

Iglesia de San Juan de RabaneraCLICK!! sobre la foto para ampliarPero la masa de la población que contribuyó a la repoblación de la ciudad y a su reconstrucción era de los pueblos comarcanos, nos lo indican los nombres de algunas iglesias que existen o existieron levantadas por ellos y en las que rindieron culto a sus Santos Patronos, San Miguel de Montenegro, San Miguel de la Cuesta, San Juan de Rabanera, Nuestra Señora de Calatañazor, Nuestra Señora de las Cinco Villas (los dos Murieles, Cabrejas, Abejar y Talveila), San Juan de los Navarros y otras.

Formación y trazado de la ciudad

La formación de la ciudad de Soria no fue de una vez, ni su trazado obedece a un plan regular.

Lo mismo ha sucedido con casi todas las ciudades, salvo rarísimas excepciones, como acontece con Lugo, León y Ávila.

Soria no fue reedificada de un solo impulso ni por lo tanto con una determinada dirección, pero sin embargo la naturaleza misma del terreno ha marcado una disposición algo obligada a sus calles. Tiene forma de pala de pelota. Soria se asienta en las vertientes de dos cerros, el Castillo y el Mirón, guardando el Collado (collado) natural que conduce al río y por eso si se observa el plano de la población, se notará que una larga calle la atraviesa de Este a Oeste, esta calle que por la parte superior la llaman todavía con el nombre topográfico de Collado, por la parte media Zapatería y calle Real, continuaba hacia el río por el sitio que hoy ocupa la carretera, con el nombre de calle del Barranco, siguiendo el cauce de las aguas de las pendientes laterales del Castillo y del Mirón.

El ColladoCLICK!! sobre la foto para ampliarPodrá observarse que la calle del Collado sigue hasta la Plaza torciéndose hacia la derecha, pero hasta la antigua nomenclatura urbana da la razón a esta observación, toda vez que la calle del Collado era antes lo que es, tan sólo collado, o sea, el trecho que abarca desde la Puerta del Postigo a la calle de la Zapatería, pues el primer trozo del actual Collado fue una derivación para buscar el rellano de la Plaza y que hasta hace ochenta años se llamaba de Latoneros.

A los lados de esta larga calle compuesta por las del Collado, Zapatería, Real y Barranco, convergen otras “como espina de pescado”, siendo las demás vías trazado obligado por la topografía del terreno.

El trazado del Arrabal, o sea, de la parte de la población de extramuros de las Puertas de Pro y Claustrilla al Campo, es más regular por la mayor uniformidad del terreno.

Castillo

Castillo de SoriaCLICK!! sobre la foto para ampliarEl Castillo es la base principal, el núcleo de la formación de la ciudad. Está construido sobre el alto cerro casi inexpugnable dominando la ciudad, el río y los cerros inmediatos, salvo la mole de la Sierra de Santa Ana o Sierra de Peñalba.

La meseta

Estaba formada por dos cerros concéntricos de muralla uno más alto que otro y al lado del río se levantaban las torres de las que apenas quedan ya unos pocos restos.

La muralla

Del Castillo parten a ambos lados lienzos de muralla que cercan la ciudad.

La muralla pasa por el lado del Cementerio donde estaba la puerta de Valobos, después por detrás del Cuartel de Santa Clara, Puerta de Navarra, para bajar por el Calaverón o antigua calle de la Alberca hasta la esquina del Palacio de Alcántara donde estaba la Puerta de Rabanera (1887), después embutida entre casas, la corta la terminación de la calle del Collado, allí se encontraba la Puerta Principal de la ciudad, la Puerta del Postigo (1865), sigue por detrás de las casas de las Puertas de Pro hasta la carretera de circunvalación donde se alzaba la Puerta de Santo Domingo o del Rosario, seguía por el Paseo de la Florida al fielato de Logroño donde se abría la Puerta de Nájera y aún se ven restos a lo largo de las tapias y detrás de la ermita de Nuestra Señora del Mirón por donde descendía hasta la orilla del río torciendo hacia el Sur por la esquina del Puente con una torre defensiva en su entrada, que se alzaba frente a otra que tenía el Puente en su mitad para mayor defensa, sigue aún bien conservada junto a la orilla del río y al final de las huertas se abría una puertecilla llamada El Postiguillo y ascendía hacia el Castillo a unirse a la fortaleza.

La mayor parte de las murallas debieron construirse en tiempos de don Pedro I de Castilla.

Tiene de longitud una legua y el diámetro de la cerca es de unos 150 kilómetros, capaz de contener este recinto amurallado una población de unas 30.000 almas.

Calle Aduana ViejaCLICK!! sobre la foto para ampliarLos lados S. y O. de la muralla, los más asequibles sobre todo el primero de fácil asalto, estaban guardados además por una hilera de casonas nobiliarias y palacios de los caballeros que son sus armas y servidumbre podrían acudir prontamente a su defensa. Estas casas son las que forman las dos calles aristocráticas de la antigua Soria, la calle de la Aduana Vieja y la de los Caballeros.

Aún había otra particularidad, la guarda de las tres puertas de Occidente, Rabanera, Postigo y del Rosario, estaba reforzada por sendos palacios que se levantaban junto a ella, el del Marqués de Alcántara junto a la primera, el del Marqués de Vargas al lado de la segunda y el del Conde de Lérida junto a la tercera.

Arrabal

Por fuera de la muralla, al lado de poniente, se fue formando el arrabal que generalmente lo ocupaba gente baja y allegadiza. A la hora de queda se cerraban las puertas y quedaba incomunicado con la ciudad.

Recinto

La PlazaCLICK!! sobre la foto para ampliarCon arreglo a la topografía del terreno y a las necesidades, se fue repoblando el cerro interior.

En los primeros siglos de la fundación de Soria debió estar más poblada la zona Norte, o sea, las laderas y barrancos del Mirón, pues la Plaza Mayor estaba junto a las ruinas de San Blas, en la huerta que hoy tiene Indalecio del Río. Allí se alzaba la Casa del Rey y otras casas notables como las del “Mariscal y la de los Leones” de las que sólo tenemos noticias.

Por aquella parte, hoy despoblada, estaban las iglesias de San Martín de los Caballeros, de Nuestra Señora de Barnuevo y Santa Cruz, cuyas ruinas todavía se conservan.

Destruye Alfonso XI las casas principales como venganza por la muerte de su privado, el caballero Garcilaso de la Vega, muerto por los nobles sorianos en la iglesia del convento de San Francisco. Pero con los siglos siguientes la población refluye hacia la nueva Plaza Mayor, vertiente opuesta, pues la iglesia del Espino fue la de mayor concurrencia y después aún rebasa más la muralla y se extiende como hoy hacia el campo.

Urbanización interna

La distribución administrativa de la ciudad era por cuadrillas, división que sólo ha quedado vigente para las Fiestas de la Madre de Dios o de San Juan.

Ya hemos dicho cuáles eran las calles aristocráticas, el resto de la ciudad lo ocupaban el estado llano y los menestrales y los labradores se fueron asentando en el arrabal. Los judíos, con sus leyes especiales, lo mismo que los moriscos.

Calles

No presentaba Soria, ni presenta en la actualidad, el aspecto de la mayor parte de las viejas ciudades de España con sus calles estrechas o tortuosas, en parte por influencia de los árabes en parte por las exigencias de un recinto murado insuficiente.

Así han sido y son las viejas calles de Soria, relativamente anchas y las plazas bastante abundantes.

Nomenclaturas

El pueblo siempre es el que tiene la virtud de poner los nombres adecuados, y así ha puesto nombre en el campo a los montes, cerros, laderas, barrancos, ríos, fuentes, manantiales y hasta los pagos y parcelas, del mismo modo ha ido bautizando a las calles y las plazas con los nombres más adecuados teniendo en cuenta alguna cualidad peculiar y esencial de ellas, llamándolas unas veces por los oficios que en ellas se desempeñaban, por los mercados que se celebraban, por la clase de gente que en ellas vivía, por las funciones públicas que se ejercían, en fin, siempre por alguna razón que pudiéramos llamar biológica.

Agrupaciones gremiales

Después de lo expuesto nos lleva el tema a tratar de las agrupaciones gremiales.

El Ordenamiento dado por el Rey Santo a raíz de la toma de Sevilla, las establece terminantemente. “Mando establecer –dice su hijo el Sabio- calles et ruas de partidas cada una sobre sí de cada mester et cada oficio”.

Estas agrupaciones eran defendidas y la fuerte organización gremial las dio mayor estabilidad.

Fue Felipe II el que dio libertad a los menestrales para habitar donde quisieran. Así se dio nombre a muchas que siguieron frecuentemente habitadas por dichos oficios y otras que por tradición conservan el nombre.

Calle ZapateriaCLICK!! sobre la foto para ampliarTodavía lo conservan hoy, aunque no oficialmente, algunas como la calle Zapatería y la Plaza de Herradores, y las hubo de Latoneros, en la primera parte del Collado, de Cuchilleros, la calle del Pilar, de Platerías, que debió estar por el matadero nuevo, y se llamaban portales de los Silleros a unos que había en la calle del Postigo.

También el mercado, la venta de productos o determinada mercancía dio nombre a plazas y calles. Se llamaba Campo del Mercado al que hoy es el Campo del Ferial, donde se celebraba. En la Plaza de la Leña se hacía el mercado de la leña, y en los portales que corrían antes por toda la manzana del siniestro último estaban los Portales del Pan y en los de la calle del Ferial los Portales del Rastro.

Una función o un establecimiento daba nombre a las calles. La calle de los Estudios todavía recuerda y conserva los estudios que en el mismo edificio del hoy Instituto daban los Jesuitas de Gramática y Latinidad.

La Calle del Peso, bajo el Arco de la Carnicería de la Plaza y la del Juego de Pelota detrás de la Cárcel, la del Pósito y la del Teatro o de Comedias indican la razón de su nombre.

Las iglesias próximas dieron su nombre a otras, así como la razón topográfica a la del Collado, la del Barranco y la de la Alberca hoy Calaverón.

Indicada la distribución del vecindario y relatada la nomenclatura de las calles, hablemos algo de su pavimentación, tránsito e higiene.

Pavimentación

Calle Arco del CuernoCLICK!! sobre la foto para ampliarLas calles pendientes debieron estar empedradas, con medianas aceras si las tenían y seguramente con algunas pasaderas, como es corriente todavía en los pueblos y era ya usada por los numantinos y que servirían a los sorianos para atravesar sus calles. Sin embargo, las calles y plazas llanas debían tener el suelo de la tierra, pues la Plaza Mayor fue empedrada con la ayuda de la Universidad y Tierra al final del siglo XVIII, ya que en tiempo de lluvia se mojaban en el barro los sacos de trigo que se traían al mercado.

El tránsito rodado era escaso, algunas carretas, pocos carros y menos coches, pues como es muy sabido los coches no circularon en España hasta que a fines del XVI los trajo doña Margarita de Austria y tardaron en generalizarse hasta que en el primer tercio del pasado siglo se comenzó la construcción de las carreteras.

Hasta entonces, Soria no tuvo correo montado, así lo atestiguan las Ordenanzas Postales de Campomames.

Soria Ciudad 2

 

Don José Tudela de la Orden© José Tudela de la Orden, 1922

Conferencia dada en el año 1922, en el Casino Numancia. Reproducida en Revista de Soria, nº 25, 1975

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