Gaya Nuño por Francisco Arias

 

Centenario del nacimiento de
José Antonio Gaya Nuño

Por Carmen Sancho de Francisco

Colección Gaya Nuño

Sí, es un sueño

 

(Fig.1)

Vamos, chicos, mirad este cuadro.” Maternidad y bodegón” de Ramón Rogent (Fig.1), tiene gran cromatismo, el tablero de mesa en posición vertical, rojo, y los objetos en tintas planas, sin volumen ni perspectiva como si se tratara de cartulinas recortadas recuerdan a Matisse y a los pintores fauves, y el dibujo  suave y ondulante le aporta  un aire optimista y alegre. Además, yo noto un uso caprichoso y arbitrario del color como en el “Cristo amarillo” de Gaugin. Muy bien, María, es una observación muy oportuna.

(Fig.2)

Aquí al lado hay otro cuadro con fuerte policromía pero con una técnica muy diferente, ”Retrato de Concha” de Francisco Mateos (Fig.2) , el color se aplica con pincelada larga, gruesa y parece que no nos deja indiferentes como sucede con Kirchner y los expresionistas alemanes.  Su protagonista nos incita a desenmascarar y hacer callar a alguno tapándole la boca. Sí, como a Eva que algunos días está insoportable, dice Juan. Cállate, tontorrón, tú sí que estás insufrible todo el año, contesta aquella.

(Fig.3)

En esta zona, sin embargo, los cuadros son más oscuros. Ved este de José Caballero (Fig.3), las formas parecen incompletas, amontonadas, confusas. Carmen, se ve muy bien lo que nos has explicado en clase sobre algunos cuadros cubistas que parecen una caja de puzzle con las piezas desordenadas y tenemos que esforzarnos para recomponerlas mentalmente. Bravo, Javier, lo has comprendido perfectamente.

(Fig.4)

En “Sin Título”  César Manrique (Fig.4) no emplea  línea ni colores convencionales sino arcilla, ceniza y lavas volcánicas y parece que la tierra se cuartea y desmorona, acaso evocando su isla canaria. Yo vi su museo en Lanzarote cuando fui con mis padres a Canarias, susurra Paula. Otros pintores como Tapies y Millares también experimentan con materiales nuevos cuyas texturas sugieren sensaciones y sentimientos contrastados, y hasta nuestra exalumna pintora Gloria Rubio  ha experimentado con hilos, alfileres y  algodones.

(Fig.5)

Ahora vamos a Cuixart (Fig.5), su cuadro no tiene título y es que podría tener varios. Ved, sobre un fondo borroso se adivinan diminutas veletas y fragmentos de tela o de papel que podrían agitarse y como movidos por el viento interpretar diversos conjuntos. Se parece a esos cuadros surrealistas de Joan Miró con titulares tan sugerentes como “Punto fugaz en una noche estrellada” o a algunas composiciones con puntos y líneas de Kandinsky. Se podría comparar a un poema generado a partir de una palabra o a una nota musical que da pie a un pentagrama. Es fantástico, dice Miguel, como cuando te tumbas en el suelo, cierras los ojos y aparece un mundo mágico, misterioso y cambiante. Hala, este va de genio, coinciden varios.  Es buen momento para recordar que hace unos días vimos aquí al lado la variedad de técnicas usadas por los artistas locales como las ceras de Ulises Blanco, la pincelada gruesa de Pérez Aznar, las acuarelas y magníficos grabados de José María Saínz Ruiz o  la abstracción de Molinero Cardenal.

(Fig.6)

He dejado para el final una sección que a mí me gusta especialmente, la del paisaje, observad este de Joaquín Vaquero Palacios (Fig.6), sólo unas bandas  amarillas, ocres, marrones, muy simples, sin dibujo ni nada en él, me recuerda el paisaje austero pero intenso  de nuestros campos de Gómara y Almazán, a veces pardo, otras  verde u ocre o blanco como hoy por la nieve resplandeciente , o los perfiles nítidos y limpios y el cielo inmenso de Medinaceli donde el espíritu se ensancha y el alma se sublima.. Para, Carmen, para, no te embales, que ya sabemos que son las tierras de tu infancia.

(Fig.7)

Y qué me decís de las cepas de Ortega Muñoz (Fig.7)  que como los sorianos  se aferran a la tierra, con sus ramas sarmentosas, sin hojas o sin hijos, esperando que pase el  largo invierno en el ciclo rítmico de la vida.

¡Uf! Basta por hoy, la clase se acabó. Volvemos al Instituto. Otro día, más.

 

P. D. Sería estupendo para los sorianos que Caja España- Caja Duero pudiera exponer de forma permanente el magnífico legado pictórico de Juan Antonio Gaya Nuño, gran escritor y crítico de arte soriano de quien celebramos este año el I Centenario de su nacimiento.

Carmen Sancho de Francisco
Carmen Sancho de Francisco, en nuestra web

 

GAYA NUÑO, JUAN ANTONIO
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El Santero de San Saturio
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La Pintura Puertorriqueña
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Obras completas

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