De Bandidos y Bandoleros Sorianos en la Berlanga del XVIII

 

A finales del siglo XVIII, reinando Carlos III, "Padre de sus pueblos", se vive en España, referido al bandolerismo, la época romántica del mismo, fenómeno social ubicado, con preferencia, en Sierra Morena. Ello dio motivo a la colonización de esa zona a fin de proteger de los bandidos, en lo posible, la ruta que, desde Castilla, se dirigía a Andalucía.

El bandolero madrileño Luis Candelas

Es la época de Diego Corrientes -"roba a los ricos, socorre a los pobres y no mata a nadie", según su autorretrato- el cual dio paso a la famosa banda "Los siete Niños de Écija" y José María "El Tempranillo".

Parece esto del bandolerismo cosa "de allí abajo", de Despeñaperros al sur, pero, si bien su apogeo se dio, efectivamente, en esa zona, ninguna parte de España se libró de su azote. Flagelo, por otro lado, que siempre ha sido mirado con cierta conmiseracion e incluso simpatía, toda vez que, tal y como se autorretrataba Corrientes, un bandido que se preciara evitaba el matar y ayudaba, en lo posible, al que lo necesitaba.

Leyendas corren todavía por Berlanga del famoso "Morte", el cual, catalejo en mano, comprobaba desde la torre de la Colegiata quién dejaba el impuesto revolucionario y quién no, en la cruz de Martín Sanz, extramuros de la villa.

En el Archivo Histórico Local de Berlanga se conserva una "comisión en forma", dada por don Tomás de Casanoba de Arnuezo y Rada, Caballero de la Orden de Carlos 111, regidor perpétuo de la ciudad de Calatayud y corregidor y capitán de Guerra de la ciudad de Soria y su partido, dando instrucciones para los bandidos que aparezcan por el término sean apresados: Y poniéndose de acuerdo con la Justicia de los pueblos mencionados - Berlanga, Almazán, Fuentepinilla, Miedes y sus respectivas comarcas se armasen algunos paisanos nombrando sujeto que los comande y salgan a la persecución de dichos malhechores por sus territorios y montes, procediendo a su prisión y de los efectos y armas que se les hallaren y su conducción a esta ciudad como también se amplia dicha comisión para que proceda a la averiguación de dichos robos e insultos cometidos, sus perpetradores auxiliadores o abrigadores y resultando alguno o algunos de estos igualmente los haga prender y conducir a estas cárceles...".

La orden lleva fecha de 1795. Es tajante, y en ella se dice que los gastos han de ser abonados de los caudales de penas de cámara y gastos de justicia, los cuales serán satisfechos por quién competa inmediatamente so pena de la responsabilidad de los daños y la multa de 500 ducados.
Junto a esta providencia, o comisión en forma, se hallan las señas de unos reos, que, supuestamente, se trata de los detenidos por los paisanos armados, toda vez que no se sabe si los "auxilios de tropa solicitados para dirigir partidas a donde lo exijan las circunstancias", llegaron o no a tiempo.

Fueron cinco los detenidos. Por las señas sabemos su porte físico y la forma de vestir, pero no así la procedencia. Se puede deducir, por los apellidos, que llegaban del sur, tal vez de La Mancha, ya que uno de ellos es nombrado solamente como "el hijo de Pepe el manchego". Dos son hermanos, de apellido Albacete, y un tercer se apellida Atanze También es deducible la procedencia del Sur por los "ojos garzos" -azules- de alguno de ellos; por el tono de la piel "quebrado de color" -pálido- de otros; todos "abultados" o "redondos" de cara, y uno de ellos con "sombrero tendido", o sea, echado para atrás.

La requisitoria la recibe Felipe García, vecino de Centenera de Andaluz, pero llega desde la justicia de Medinaceli, sin que se explique si los reos fueron detenidos allí.
Si fuera así, la entrada de los bandoleros en la provincia de Soria habría sido por Sierra Ministra, y al referirse al "puerto", para describir la faja con listas encarnadas "de las del Puerto", de uno de los individuos, podría estar haciendo alusión al de Esteras, o cualquier otro de la Sierra Ministra. Es sabido también, que en las proximidades de Barcones, por donde podrían haber entrado desde las estribaciones de la Sierra de Pela, existió por esa época una aduana muy codiciada por los bandoleros, pues en ella se requisaba a veces vino y aceite.

Los cinco bandoleros eran, para la época de estatura crecida, todos medían más de 1,65 metros, llegando uno a alcanzar 1,72. Las medidas vienen referidas en pies (33 centímetros), pulgadas (2,54 centímetros) y varas (0,8356 centímetros).Tres de ellos estaban picados de viruelas. La vestimenta es propia de la época del año en que son detenidos -febrero-: "chupa de paño negro del país", algunos, que viene a referir una prenda variante de la "juba", con mangas ajustadas, que cubría el cuerpo y tenía una faldilla dividida en cuatro partes de arriba abajo (según descripción de María Moliner). Calzaban piales, pellejos en crudo con los que se envolvía el pie calzado de escarpines o, como en el caso de alguno de los descritos, de albarcas. Las polainas eran una especie de media calza, generalmente de cuero o paño, que cubría la pierna hasta la rodilla.

La descripción textual de los cinco bandidos es como sigue:
"Gabriel Atanze es un hombre de cinco pies y tres pulgadas poco más o menos, corpulento, bien carado, cerrado de barba, con las patillas algo bajas, su color es robusto, frente espaciosa, picado de viruelas, pelo negro cortado, ojos garzos, serio de nariz, abultado de mejillas. Su vestido chupa de paño negro del país armado detrás de sayal blanco, faja negra con listas encarnadas de las del Puerto. Calzones del mismo paño de la chupa, polainas de lo mismo, piales blancos con albarcas.

Manuel Albacete, conocido por Serrano, en un hombre de 34 años, su estatura de cinco pies, delgado, negro de pelo cortado, quebrado de color, ojos garzos, picado de viruelas, nariz afilada, cerrado de barba, su vestido del estilo del pueblo.

Juan Albacete, hermano del anterior, conocido por Juanote, es de edad de 40 años, su estatura baja, pelo negro cortado, quebrado de color, ojos azules, nariz grande, frente ancha, abultado de labios, su vestido como los demás, faja azul con ropas.

El hijo de Pepe "el Manchego", conocido por Pepico, es un hombre de 30 a 40 años, de más de dos varas de estatura, abultado de cara, recio de labios, descolorido, montera parda de pico retorcido, chupa y calzón de paño negro y picado de viruelas, pelo negro cortado.

El nombrado "hijo del fraile de Piedra" tiene 26 años de edad, su estatura regular, pelo negro cortado, color moreno, ojos negros, nariz afilada, barba negra no muy cerrada, recio de labios, la vista un poco atravesada, su vestido regular negro, piales blancos y faja.

Y el último:
Manuel Moreno, es un hombre de cinco pies de estatura poco más o menos, de 30 a 40 años, moreno, redondo de cara, chupa y calzón de paño negro, sombrero tendido".

© Isabel Goig Soler

(publicado en Cuadernos de Etnología Soriana nº 5)


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