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		repleta de actividades, como es habitual en esta localidad de Tierras 
		Altas, o Tierra de San Pedro Manrique.
		
		La presentación de la revista corrió a cargo de Mercedes 
		Alvarez, directora de cine, profesora en la Universidad Pompeu y Fabra, 
		de Barcelona. Ese mismo día fue inaugurado el asfaltado del camino que 
		une Sarnago con SO-630. Hay que insistir en esta inauguración ya que, 
		tras muchos años reclamando el arreglo del camino, ha sido este de 2018 
		cuando la Diputación de Soria, por empeño personal del presidente, Luis 
		Rey, se ha llevado a cabo.
		
		El martes, jóvenes de San Pedro presentaron un trabajo 
		sobre “La mujer en las Tierras Altas”, en el que participaron señoras de 
		cierta edad que aportaron su sabiduría y, especialmente, su experiencia.
		
		El Dr. Alfredo Jimeno, el miércoles, con motivo de la 
		inauguración del panel informativo “Ecos entre ruinas de un poder 
		olvidado, el Castillo de Sarnago”, impartió una charla sobre la 
		importancia del castro de Sarnago, en relación de los castros de la 
		zona.
		
		La música del maestro Manuel Castelló fue la protagonista 
		de la tarde del jueves. La música, mezcla de estilos, ha sido compuesta 
		por el maestro Castelló Rizo, natural de Agost (Alicante), pero muy 
		vinculado a Soria por matrimonio y, especialmente interesado en la 
		comarca de Tierras Altas, sobre la que ha compuesto numerosas piezas 
		musicales.
		Los seis tiempos de la Suite son: “Las Móndidas”, de estilo Romántico. 
		“La alfombra o Paso del Fuego”, modo descriptivo. “Los Cestaños y los 
		Arbujuelos”, (con flauta de pico y clavecín), modo neo-barroco. “Pingar 
		el mayo” y “Las Cuartetas”, estilo descriptivo. “La Descubierta”, música 
		descriptiva. “La Jota”, danza popular española. La música va acompañada 
		de unos textos de la escritora Isabel Goig que fue la encargada de 
		leerlos. Esa misma tarde se presentó “Ha muerto un mendigo”, de Isabel 
		Goig.
		
		El viernes fue el profesor Miguel Ángel San Miguel, 
		siempre implicado con la Cultura y, muy especialmente, con la de Tierras 
		Altas, quien charló sobre “Hombres ilustres en Tierras Altas”, acto 
		previo a la presentación del proyecto Arraigo.
		
		 
		
		
		
		
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		Todas estas actividades son, en realidad, el preludio de 
		las fiestas grandes, las de siempre, aquellas que celebran al santo 
		patrón Bartolomé. Comienzan el sábado con la corta de la rama o 
		arbolillo de arce (que se van reponiendo en mayo) decorado con roscos 
		azafranados previamente cocidos en el horno comunal, sigue con la 
		pingada del mayo (tradición recuperada desde hace pocos años), y tiene 
		su culmen el domingo. 
		
		
		
		
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		Protagonistas absolutas las tres móndidas y el mozo del 
		Ramo. María Carrascosa (que repite), Maider Vicente, Alba Vicente, y 
		Oscar Carrascosa el mozo. Este año con una agradable sorpresa: unos 
		socios han confeccionado una giganta-móndida que ha precedido a la 
		procesión. Han sido los artífices Álvaro, Iñaki VL, Rosi Casetera y 
		Manuel.
		
		Se cumplieron todos los ritos.
		
		
		
		
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Cuartetas 
		recitadas en 2018 por Las Móndidas de Sarnago
		
           
		
          
          
		
			
		
		www.sarnago.com 
		
		La "famosa" giganta: 
		
		
		https://youtu.be/r21jhpwx8IY
		
		Video del Ramo: 
		
		
		https://youtu.be/uMnJ6LIeTKY
		 
		
    
		 
		
		
		Sarnago, 
	Primavera de 
	2018
		
		Homenaje a Llamazares y a su novela “La lluvia amarilla”
		
		
		
		Una hermosa tarde de junio, casi finalizada una 
		primavera que ha convertido los campos y montes de esta tierra soriana 
		en vergeles, sarnagueses, sampedranos y sorianos en general, se dieron 
		cita en la recién reformada plaza del pueblo, donde el edificio que 
		fuera escuela, ayuntamiento, vivienda del maestro y sala de baile, ocupa 
		un lado de ella. De espalda a ese edificio, que a día de hoy no se queda 
		corto en cuanto a utilidades, una larga mesa servía de apoyo nada menos 
		que a once personas reunidas esa tarde en Sarnago, en representación de 
		una sociedad que, treinta años después de su publicación, todavía 
		recuerda en unos casos, sigue fascinada en otros, una novela -monólogo- 
		que se tituló “La lluvia amarilla”. En esa larga mesa, de izquierda a 
		derecha, se sentaban: Mercedes Álvarez, cineasta, soriana de Aldealseñor, 
		directora de la película “El cielo gira”. Teresa Ordinas, mallorquina, 
		escritora y fotógrafa, viuda del escritor soriano de Valdegeña, Avelino 
		Hernández. Manuel Castelló Rizo, alicantino de Agost, compositor 
		musical, autor de gran número de obras relacionadas con Soria y, muy 
		especialmente, con la comarca soriana de Tierras Altas. José Manuel 
		Navia, madrileño, licenciado en Filosofía, pero fotógrafo de profesión y 
		vocación. Gloria Rubio, artista plástica, profesora en la Escuela de 
		Artes y Oficios de Soria. El autor de la novela, Julio Llamazares. 
		Emilio del Valle, actor y director de teatro, creador del Inconstantes 
		Teatro, grupo que, una vez finalizado el homenaje a Llamazares, pondría 
		en escena un la obra relacionada con “La lluvia amarilla”, con Chema de 
		Miguel Bilbao en el papel de Andrés. José María Carrascosa, presidente 
		de la Asociación de Amigos de Sarnago. Abel Hernández, nacido en Sarnago, 
		licenciado en Filosofía, escritor, entre otras muchas publicaciones, de 
		la trilogía que transcurre en Sarnago: Caballo de cartón, Historias de 
		la Alcarama y Leyendas de la Alcarama (no necesariamente por este 
		orden), receptor de numerosos premios. Judith Villar, concejala del 
		Ayuntamiento de Ólvega y diputada provincial. Y, finalmente, el alcalde 
		de San Pedro Manrique, Jesús Hernández Ruiz.
		
		
		
			
			“Cuando lleguen al alto de Sobrepuerto estará, 
			seguramente, comenzando a anochecer. Sombras espesas avanzarán como 
			olas por las montañas y el sol, turbio y deshecho, lleno de sangre, 
			se arrastrará ante ellas agarrándose ya sin fuerzas a las aliagas y 
			al montón de ruinas y escombros de lo que, en tiempos, fuera (antes 
			de aquel incendio que sorprendió durmiendo a la familia entera y a 
			todos sus animales) la solitaria Casa de Sobrepuerto”. 
		
		
		Así da comienzo la novela de Julio Llamazares, esa que, 
		según sus palabras en el prólogo de la reedición de 2013 ha cumplido, 
		con creces, el objetivo de cualquier novelista que se precie: que los 
		escritores escriben para que los demás les lean. ¿Por qué homenajear a 
		un autor que sitúa su obra en Ainielle (Huesca), y hacerlo en Sarnago 
		(Soria), además de por el sentido y magnífico relato, y por que ambos 
		pueblos llegaron a estar deshabitados? Todos quienes conocemos la novela 
		sabemos que, si por razones que desconocemos, la situó en Ainielle, se 
		gestó en Sarnago. El mismo Llamazares, el 16 de junio, dijo que su 
		primer contacto con Soria -”que sigue vigente pese a la mengua de 
		habitantes como una obra clásica”- fue en el año 1983. Él acudía para 
		hacer un reportaje sobre el Paso del Fuego en San Pedro Manrique, pasó 
		por Oncala donde rodaban la película Total. Allí estaba el director -a 
		día de hoy de culto- José Luis Cuerda. A preguntas de Julio sobre qué 
		pasaba allí, le respondió: “ves aquel pueblo de abajo -Oncala-, pues eso 
		es Londres después de una guerra”. Junto a la visión de Oncala, 
		Llamazares conoció en ese viaje el libro de Avelino Hernández “Donde la 
		Vieja Castilla se acaba”. Todo eso, más la visita a Sarnago, fue 
		recordado por el autor homenajeado con tanta emoción, que se empezó a 
		gestar “La lluvia amarilla”, un soliloquio que ahonda en la despoblación 
		que se ha enseñoreado en la España rural. Como él mismo afirma: “Cuando 
		muere un viejo muere un libro. Cuando muere un pueblo, muere una 
		biblioteca”. Yo cambio libro por mundo. Tal y como asevera Julio 
		Llamazares, escribe para “emocionar, conmover, hacer presión, dar 
		calambre...”, todo eso lo consigue “La lluvia amarilla”. 
		
			
			“Uno cree que nunca podrá aceptar sin miedo la idea 
			de la muerte. Cuando aún somos jóvenes, la vemos tan lejana, tan 
			remota en el tiempo, que su misma distancia la hace inaceptable. 
			Luego ya, a medida que los años van pasando, es justamente lo 
			contrario...”. (…) Ahora, sin embargo, yo era ya el único -y el 
			último- superviviente y, por las calles de Biescas, la gente me 
			miraba como extrañada de poder volver a verme”. 
		
		
		Ahora que he vuelto a leer algunos párrafos de la 
		novela-monólogo que tenía casi olvidada, al pasar los ojos por el 
		párrafo de arriba, recuerdo a Romana, la única y última habitante de 
		Valdenegrillos, que sigue allí, aún después de la muerte de su marido. Y 
		tal vez esa imagen que rememoró el pasado sábado Julio Llamazares, la 
		última del primer viaje a la Alcarama, de un hombre y una mujer, de 
		negro, con un burro, caminando entre ruinas, y que le pareció haber 
		soñado, sean Romana y Zacarías.
		
		
		
		Judith Villar, en representación de la corporación 
		provincial como vocal de Cultura, Deportes y Juventud, además de por 
		propia querencia hacia los actos culturales, aseguró que las 
		administraciones están para escuchar las reivindicaciones de los 
		ciudadanos. Y ciertamente hemos de decir que la Diputación de Soria 
		cumple lo que promete, y para muestra el camino que, desde la carretera 
		local de San Pedro a Magaña, se dirige a Sarnago, más de tres 
		kilómetros, está siendo, tal y como prometió el presidente, Luis Rey, 
		asfaltado. 
		
		Abel Hernández, dijo de “La lluvia amarilla” que estaba 
		escrita con un rico lenguaje poético. Nunca, aseguró, ha perdido la 
		vigencia esta novela, por lo que esa tarde se estaba llevando a cabo un 
		merecido agradecimiento a esa reflexión sobre el drama humano que es el 
		monólogo y aseguró que Llamazares ha sido motivo de inspiración para 
		otros autores, entre ellos Avelino Hernández, quien primero inspiró al 
		leonés y después, en justa reciprocidad, fue inspirado por él. Comenzó 
		el sarnagués deplorando la expropiación de las tierras y aseguró que en 
		el verano de 1968 se opuso, incluso el gobernador de turno le aseguro 
		que iban a hacer de la zona un “emporio de riqueza”.
		
		Gloria Rubio, nacida en Fuentestrún, habló de su pueblo 
		de la Rinconada, relativamente próximo a Sarnago, por lo que el tema de 
		la despoblación lo tuvo también presente. Habla de su trabajo con 
		siluetas que puede verse en Fuentelfresno y, cuando hay exposiciones, en 
		Urex, un pueblo precioso del Sur de Soria, donde se dan cita artistas 
		sorianos y de otros lugares, ya que los organizadores llegan de Jaén. 
		Andalucía y Soria están unidas por la Trashumancia y por los 
		cagarraches. 
		
		Emilio del Valle repasó el origen de la obra de teatro 
		que iban a representar, que no es otro que la novela de Llamazares y 
		José Manuel Navia de la fotografía y la inspiración que la comarca de 
		Tierras Altas en general y Sarnago en especial (han sido varias las 
		colaboraciones con la revista de la Asociación), ha ejercido sobre sus 
		obras. Teresa Ordinas, muy breve, recordó emocionada (como no podía seer 
		de otra manera) a su marido, Avelino Hernández, cuya familia (parte de 
		ella) estuvo también presente. Mercedes Álvarez recordó el momento en 
		que ella y los suyos se marcharon de Aldealseñor y se encontraban con 
		otros sorianos recordando sus historias y sus pueblos. Firmaría con el 
		tiempo la impagable “El cielo gira”, donde demuestra que ella sí 
		recupera el orgullo de ser de pueblo. 
		
		El maestro Manuel Castelló Rizo, vinculado a Soria por 
		amor y por matrimonio, que en su caso viene a ser lo mismo, dijo no 
		extrañarle la cantidad de artistas de toda índole reunidos en la mesa, 
		amén de los presentes entre el público, “inspirados de alguna manera en 
		esta tierra puesto que Soria es una tierra fecunda en temas, esperando 
		al artista de turno para fotografiarla, pintarla, novelarla o ponerla en 
		solfa, como es mi caso”. Da un somero repaso a su obra, más de la mitad 
		inspirada en Soria y, muy concretamente en Tierras Altas, y 
		especialmente en Sarnago, como es “Las cuernas de Sarnago”. Recuerdo una 
		sobremesa después de una hacendera, donde éramos pocos para lo que se 
		acostumbra en este pueblo. Alguien habló de las cuernas que usaban los 
		pastores y, de pronto, aparecieron tres conservadas perfectamente y que 
		fueron depositadas en la confianza del maestro. De esa tarde surgió, ya 
		en Agost, la obra que fue estrenada en Alicante por el cuarteto de 
		trompas de la Banda Municipal y con la colaboración de Castelló en la 
		parte de “cuerna de cabrero”. Finalizó dando las gracias a todos los 
		allí reunidos, a Llamazares por su novela, deseándole muchos años más de 
		éxito y ediciones y recordando que sólo hay que acercarse a Sarnago, 
		“darse un paseo y los temas aparecerán por doquier, en cualquier recodo 
		del camino”.
		
		
		
		Por último, y no menos importante, hay que reseñar la 
		cantidad de asistentes al acto que culminó con la representación 
		teatral, emocionante y, en medio un aperitivo que acabó con la 
		degustación de, tal vez, los mejores rosquillos sorianos que se hayan 
		comido.
		
		Larga vida a Sarnago
		
		Gracias a los componentes de la Asociación Cultural de 
		Sarnago y, especialmente, a las mujeres, que se encargan de los trabajos 
		más ingratos, por mucho que lo hagan con alegría.
		
		Isabel Goig Soler
		 
		
    
		 
		
		Plantando un futuro limpio y sostenible
		
		
		
		Tras un invierno frío y lluvioso, especialmente largo, 
		las actividades de la Asociación de Amigos de Sarnago abren paso a la 
		primavera y el verano con el empuje y entusiasmo que les caracteriza. El
		29 de abril, sarnagueses y allegados, se reunieron para el 
		trabajo comunitario a fin de seguir rehabilitando el pueblo. Entre otros 
		trabajos, colocaron dos carteles para informar sobre “el Castillo”, 
		castro pelendón, vigía del caserío y sus tierras desde hace miles de 
		años. Con el asesoramiento técnico del doctor Eduardo Alfaro Peña, de 
		IDOUBEDA ORO, el cartel colocado a los pies del Castillo indica la 
		singularidad de este castro por la gran visibilidad al no encontrar 
		relieves más altos. “Los datos apuntan a que estamos en un lugar con un 
		plus en responsabilidad social. Un lugar vinculado al estamento 
		privilegiado, el de la aristocracia guerrera, que cubriría desde “El 
		Castillo” una función especializada, asociada el recurso más tradicional 
		y más arraigado con síntoma de prestigio, el del ganado”, afirma Alfaro. 
		En la cumbre han colocado otro donde aparecen señalados otros seis 
		castros que se divisan.
		
          
          
			
		
		
		
		“El castillo de Sarnago”
		
		
		
		El 1 de mayo celebraron el Día del Árbol, con 
		plantación de arces, serbales (pomeras), hayas, abedules, mostajos y un 
		serbal de cazadores. Es el tercer año que se lleva a cabo esta práctica. 
		Todo comenzó por la necesidad de replantar arces, los árboles que se 
		utilizan cada año en las fiestas para confeccionar el ramo que porta un 
		mozo y acompaña a las Móndidas. A lo largo de los tres años, se han 
		plantado, de todas las especies, unos sesenta ejemplares de los cuales, 
		alrededor de cincuenta, siguen vivos, según nos dijo el director y 
		promotor de las plantaciones, José C. Santana Pérez, de SORBUS, doctor 
		en ingenierías agrarias.
		
		
		
		Como es sabido, una vez que las Tierras Altas de Soria 
		fueron despobladas, muchos de sus espacios se repoblaron con pino, sin 
		tener en cuenta sus bosques primigenios. Si se recorren los caminos de 
		la zona, puede verse como, entre los pinos, se abre paso una vegetación 
		rica y variada. A decir de Santana, es en la dehesa de San Andrés de San 
		Pedro, el valle del Hostaza por Camporredondo y Diustes y en Santa Cruz 
		de Yanguas, donde se puede estudiar la flora autóctona. 
		“Todos estos 
		indicios nos sugieren un paisaje ancestral de extensos robledales, 
		encinares, algunos hayedos en las umbrías, pino albar en cumbreras, y un 
		sinfín de frondosas variadas salpicadas en los arroyos, aberturas y 
		lindes que interrumpen los bosques principales. Arces pueblan las 
		riberas de los arroyos; serbales (pomeras) destacan de amarillo, ocre y 
		rojizo en otoño sobre el verde del pinar; cerezos silvestres, maguillos, 
		fresnos, álamos temblones… y la lista continúa”. (Santana Pérez).
		
		
		
		Este año han contado con la colaboración de “La crepería 
		Lilot” de Soria, que han adquirido los plantones. Quieren contribuir a 
		la reducción del CO2 que producen sus cocinas, además de estar 
		comprometidos con la recuperación de Sarnago. 
		
		soria-goig.com
		 
		
    
		 
		Comienza la temporada de convivencia y trabajo
		
		El domingo 29 de abril comenzó, en Sarnago, la temporada 
		de trabajo y convivencia, que durará unos cuatro meses, más los días 
		salpicados que la añoranza les conduzca a reunirse por el placer de 
		hacerlo. El primer día estuvo dedicado a la práctica de la hacendera, 
		para continuar, el 1 de mayo, con la plantación de árboles. Este año, 
		como todos, la víspera de la Trinidad (fiesta grande de Sarnago y de 
		otros pueblos de Tierras Altas) será celebrada por los socios con cena 
		popular, el sábado 26 de mayo. Se trata, precisamente, del Día del 
		socio. 
		
		En las hacenderas se van a colocar dos carteles del 
		castro “El castillo de Sarnago”, estudiado por Eduardo Alfaro Peña, de 
		IDOUBEDA OROS.
		
		Ya en junio, el domingo 17, de nuevo trabajo comunitario. La 
		víspera, sábado 16, han programado un encuentro literario con motivo del 
		treinta aniversario de la publicación de la novela de Julio Llamazares 
		“La lluvia amarilla”. Al finalizar la parte literaria se representará 
		una obra de teatro basada en la novela.
		
		Para posteriores eventos, iremos dando cuenta más 
		adelante.