(Espesa, dicen, antes, por la 
		gran cantidad de carrasca que cubría el término)
		
		
		Habitantes censados: 
		72. Altitud: 1.036.
		
		
		Villa. 
		Su ayuntamiento agrupa a los de Quintanilla de Nuño Pedro, Guijosa, 
		Orillares y La Hinojosa.
		
		
		Acceso: 
		N-234, dirección Burgos, hasta San Leonardo; desde ahí 
		carretera hasta Espeja pasando por Santa María de las Hoyas. 
		Kilómetros: 72.
		
		
		Gentilicio: 
		espejanos. Apodo: grajos.
		
		
		Industria: 
		trigo, cebada, avena, centeno; girasol. Ganadería lanar y vacuno. 
		Alquiler de pastos. Colmenas trashumantes.
		
		
		Flora y fauna: 
		pino y carrasca; tomillo, salvia, espliego, menta, manzanilla, 
		sanguinaria. Liebre, conejo, perdiz, paloma, jabalí, corzo.
		
		
		Fiestas principales: 
		2 y 3 de junio, en honor de San Marcelino, cuya reliquia, trasladada del 
		monasterio de Jerónimos, se venera en la iglesia; le bailan la jota al 
		santo, de cara.
		
		
		Otras fiestas y tradiciones: 
		siguen *pingando 
		el mayo. Al igual que en su vecina Espejón, cantan 
		*"Las 
		Marzas", a la entrada de marzo, y los mozos aprovechan para comerse, 
		cada uno, una docena de huevos cocidos. Por la festividad de Todos los 
		Santos corren una machorra y hacen con ella caldereta que se meriendan 
		en comunidad. Siguen *enramando 
		las casas de las mozas por San Juan. Pagaban la costumbre (*el 
		piso) y la entrada a mozo. También aquí se practicaban las 
		*cencerradas 
		en las bodas entre viudos; y sobre las bodas, nos dijeron que era 
		tradición dar pan con chocolate a los pequeños, invitar a cenar a las 
		mozas y regalar vino a los mozos. Cofradía de la Vera Cruz. Las Mozas 
		del Santísimo, fueron en su día las encargadas de confeccionar un ramo 
		de roscas y naranjas, que posteriormente era subastado y cuyo producto 
		iba a parar a la parroquia; se encargaban, también, de pedir por las 
		casas cantando cada día canciones distintas. 
		
		Aunque el monasterio de Santa 
		María, de monjes jerónimos, está ubicado en término municipal de 
		Guijosa, pertenece a Espeja de San Marcelino; dicen que ello se debe a 
		una pelea que hubo en tiempos, entre mozos de Espeja y Guijosa, ganando 
		en la lid los de la primera, los cuales, como recompensa, se quedaron 
		con la propiedad del edificio.
		
		
		Guiso típico: 
		caldereta de machorra.
		
		
		
		
		 Generalidades: 
		Iglesia de Nuestra Señora de la Asunción, gótica. Ruinas de las ermitas 
		de San Roque y de Santa Ana. Importantes canteras de jaspe, sin 
		explotar, en el paraje "Las Hoces", las cuales en su día sirvieron para 
		edificar monumentos tales como parte de la catedral del Burgo de Osma. 
		Supuestamente existió castillo por el paraje que denominan con ese 
		nombre. Conservan, próxima a la iglesia, la picota o rollo, símbolo de 
		la Villa. Restos de habitación en Las Mesillas, Los Casares, Val de la 
		Pinilla, Valdillera y San Asenjo, 
		habitado hasta entrado el siglo XX, del que Madoz decía que “tiene 
		escasa ventilación y su clima es húmedo en demasía y propenso a 
		tercianas y fluxiones”, 
		donde contaban con una 
		cofradía llamada de Las Animas, cuyos platos, donde comían los hermanos, 
		se conservan en Espeja.
Generalidades: 
		Iglesia de Nuestra Señora de la Asunción, gótica. Ruinas de las ermitas 
		de San Roque y de Santa Ana. Importantes canteras de jaspe, sin 
		explotar, en el paraje "Las Hoces", las cuales en su día sirvieron para 
		edificar monumentos tales como parte de la catedral del Burgo de Osma. 
		Supuestamente existió castillo por el paraje que denominan con ese 
		nombre. Conservan, próxima a la iglesia, la picota o rollo, símbolo de 
		la Villa. Restos de habitación en Las Mesillas, Los Casares, Val de la 
		Pinilla, Valdillera y San Asenjo, 
		habitado hasta entrado el siglo XX, del que Madoz decía que “tiene 
		escasa ventilación y su clima es húmedo en demasía y propenso a 
		tercianas y fluxiones”, 
		donde contaban con una 
		cofradía llamada de Las Animas, cuyos platos, donde comían los hermanos, 
		se conservan en Espeja. 
		
		
		
		 En 
		un trabajo periodístico llevado a cabo en 1990, por una de las autoras 
		de la presente guía, informaba Juan José Antón Romero de la dura 
		situación de aislamiento con respecto a la capital Soria, que vivía 
		Espeja por los años en que se produjo la gran emigración soriana; decía 
		que desde 1951 a 1958 no había más luz eléctrica que la que llegaba de 
		un molino de Quintana Raya (Burgos); las casas que estaban cerca 
		recibían algo de luz, pero el resto se alumbraban a base de petróleo, 
		carburo y velas. Continuaba el relato diciendo que hasta que hicieron la 
		carretera para ir a Soria, década de los años sesenta, debían andar diez 
		kilómetros por la sierra del Costalazo, hasta Hontoria del Pinar, para, 
		en esta población burgalesa tomar el tren que les llevara a Soria.
En 
		un trabajo periodístico llevado a cabo en 1990, por una de las autoras 
		de la presente guía, informaba Juan José Antón Romero de la dura 
		situación de aislamiento con respecto a la capital Soria, que vivía 
		Espeja por los años en que se produjo la gran emigración soriana; decía 
		que desde 1951 a 1958 no había más luz eléctrica que la que llegaba de 
		un molino de Quintana Raya (Burgos); las casas que estaban cerca 
		recibían algo de luz, pero el resto se alumbraban a base de petróleo, 
		carburo y velas. Continuaba el relato diciendo que hasta que hicieron la 
		carretera para ir a Soria, década de los años sesenta, debían andar diez 
		kilómetros por la sierra del Costalazo, hasta Hontoria del Pinar, para, 
		en esta población burgalesa tomar el tren que les llevara a Soria.
		
		Asociación cultural Espesa.
		
      
      ©
      
      Isabel y Luisa Goig, Soria pueblo a pueblo