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CINCUENTA AÑOS CON EL PUEBLO (1959-2990) Florentino García Llorente Soria 2010 |
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A Florentino García Llorente, don Florentino, sacerdote, le conocimos ejerciendo su ministerio en Tejado. Con Jaime del Huerto conocimos su faceta de pintor. Su labor en la comarca de Tejado está a la vista, al menos la faceta material, pues gracias a él se restauraron iglesias de su ámbito ministerial, con la ayuda de todos los vecinos. Y gracias también a él, fueron catalogadas las obras de arte de todas y cada una de las iglesias y ermitas de Soria. Hace pocos meses, este hombre más propio del Renacimiento ha publicado un extenso volumen, de casi quinientas páginas, donde narra su experiencia personal y sacerdotal, a lo largo de cincuenta años. Los compañeros de viaje de ese largo período de tiempo han sido, según el propio autor, los habitantes de Villarijo, Armejún, Peñazcurna, La Revilla de Calatañazor, Fuentelaldea, La Barbolla, Monasterio, La Alameda, Carabantes, Quiñonería, Peñalcázar, Tejado, Nomparedes, Castil de Tierra, Boñices, Villanueva de Zamajón, Zamajón, Abión, Ledesma de Soria, Zárabes y Bliecos. Y de todos estos pueblos hace don Florentino Historia e historias, mostrando unas fotos, creemos que hasta ahora desconocidas, donde se ven personas, sí personas, porque las hubo, en pueblos donde ya nadie espera: Villarijo, Armejún, Peñazcurna, Peñalcázar… Es un auténtico documento, también gráfico. Nadie mejor que su gran amigo, también nuestro, Miguel Bordejé Antón, para escribir la presentación a este conjunto de testimonios, y de ese prólogo, entresacamos lo que nos parece que mejor puede retratar a Florentino García Llorente, a quien, personalmente, conocemos poco. Sí recordamos algunos viajes a Tejado y Bliecos, donde unas veces coincidíamos y otras no, a no ser que hubiéramos quedado con él previamente. De él escribe Bordejé que es “un hombre de bien”, un “artista de la pintura”, y un “sacerdote para el pueblo”, en sus tres facetas objeto de reflexión en un libro que sobre él escribió Vicente González Radío, catedrático de Sociología de la Universidad de La Coruña, con el título “FLORENTINO GARCÍA LLORENTE –El ocaso trascendido- Aproximación y análisis de la obra y su significado”. “Hombre de costumbres moderadas –escribe Bordejé- amable, trabajador y constante en sus diversas tareas, parece seguir el principio “labor vincit omnia improbus” (el trabajo constante vence todas las dificultades) (…) Convicción a la que siempre ha añadido su sentido de responsabilidad apoyada por su fe. (…) Su temperamento sereno y su carácter amable le ayudan a ser siempre asequible a todo el mundo. Del aprecio de las gentes a su persona y de la evaluación positiva de su quehacer, entre tantos otros gestos durante los cincuenta años, vuelvo a recordar el libro del catedrático Vicente González Radío “El ocaso trascendido” y la presentación popular del mismo en Zárabes, o el homenaje en su honor a los pocos días en el pueblo de Abión, del que da fe la placa colocada en su recuerdo en el pórtico de la parroquia”. En este volumen se va a poder encontrar también una muestra de la pintura de Florentino García Llorente con los recordatorios de sus numerosas exposiciones. Los variados homenajes que don Florentino ha recibido a lo largo de su sacerdocio. Las noticias en prensa sobre todo ello y sobre la restauración –llevada a cabo por él- de la casa solariega de los Finojosa, en Bliecos. Las jornadas culturales de las que el sacerdote-artista ha sido impulsor. En fin, un valioso documento al que habrá que acudir cuando se quiera hablar y contar de todos aquellos pueblos en los que el autor dejó su huella.
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