DAMA DEL SUR

Esther de Aragón Balboa-Sandoval

Edita: Doceo7Ediciones, S.L.

Madrid, 2009

Podríamos poner nombre auténtico a todos y cada uno de los pueblos en los que se desarrolla la acción de esta novela, pero nos parece necesario respetar la decisión de la autora. Nos limitaremos a escribir que transcurre en la Sierra Pela, hermosa y olvidada tierra soriana que ha sufrido, como su hermana del norte, el sangrado de la despoblación. Tierra ganadera, de ovino, por donde discurren ríos, arroyos y arroyuelos, que alegran y engalanan la soledad de sus parameras, salpicadas de tainas.

En ese entorno, mágico y telúrico a partes iguales, sitúa Esther una historia de amor y misterio. Un hombre de mediana edad, Pedro, madrileño, llega a conocer esa parte de Soria gracias a la amistad con un descendiente de sorianos. Lo que en principio no fue más que un fin de semana descubriendo parajes sólo imaginados, acaba, en el corto espacio de un año, enamorando a Pedro, acción a la que se une el amor más personal e íntimo por Isabel, algo que a la vez le llevará a desentrañar un misterio que atañe a la mujer y su propia historia.

Desfilan por la novela personajes muy sorianos. Desde el serio y auténtico, al receloso, pasando por el hospitalario. Pastores recios de la recia tierra, mujeres sometidas a la presión social, el que lucha por permanecer en su tierra, pese a todo, y el que la abandona por falta de los más elementales servicios.

Paisajes, pequeños cañones, pueblos deshabitados y hasta una actividad ritual relacionada con la Semana Santa, se hallan descritos de forma que se reconoce que Esther de Aragón los ha vivido intensamente.

Ese amor por el entorno de la Sierra de Pela, puede ser un paralelismo con la propia autora, madrileña también, universitaria, que, al parecer, reside largas temporadas en uno de esos maravillosos pueblos. La fascinación por la zona, ha hecho colocar en boca de uno de sus personajes:

“Esta es mi tierra y no quiero que obliguen a la gente a salir de aquí. Ya sabes que me gusta el arte y no creerías la cantidad de edificios antiguos que tenemos. La naturaleza está sin tocar y es perfecta para aquellos que quieren disfrutar de paz. La belleza de los paisajes es innegable, no grandiosos, pero sí pequeños y escondidos”.

Felicitamos sinceramente a la autora, y nos congratulamos de que el pasado año de 2009, hayan llegado hasta nuestras manos tres novelas de otras tantas mujeres.

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