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VOCES OLVIDADAS

Varios Autores
Coordinador: Enrique Berzal de la Rosa

2 volúmenes
VALLADOLID, 2007

 

“Ha llovido mucho y bien desde aquella rompedora obra de dos tomos que, hace ahora 25 años, Antonio Hernández García y Gregorio Herrero Balsa dieron a la imprenta para dejar constancia de la represión franquista desatada en la provincia de Soria a partir de julio de 1936 [La represión en Soria durante la Guerra Civil]; una obra pionera y, desde luego, testimonial en aquel contexto investigador castellano y leonés marcado, en el terreno que nos ocupa, por la escasez de tradición y voluntad académica para abordarlo con solvencia. A partir de la segunda mitad de los 90, el panorama, en efecto, ha variado sensible y positivamente: Castilla y León cuenta ya con monografías solventes sobre la guerra civil y la represión consustancial al golpe militar iniciado el 17 de julio de aquel año para derrumbar el proyecto republicano”.
(Introducción de Enrique Berzal).

He aquí un trabajo serio y documentado sobre la represión franquista en las provincias castellanoleonesas. Una investigación llevada a cabo, en cada una de ellas, por las personas más conocedoras del tema de la publicación. María del Mar González de la Peña, Ávila, “Guerra y Represión en Ávila”. Luis Castro, Burgos, “Guerra Civil y Represión en ‘la capital de la Cruzada’. Javier Rodríguez González, León, “Guerra y Represión en León”. Jesús Gutiérrez Flores, Palencia, “Guerra y Represión en Palencia”. Severiano Delgado y Javier Infante Miguel-Motta, Salamanca, “Nadie preguntaba por ellos: “Guerra y Represión en Salamanca”. Santiago Vega Sombria, Segovia, “Guerra y Represión en Segovia”. Antonio Hernández García, Soria, “Guerra y Represión en Soria”. Enrique Berzal de la Rosa, Valladolid, “Guerra y Represión en Valladolid”. Juan Andrés Blanco Rodríguez y Cándido Ruiz González, Zamora, “La Represión en la provincia de Zamora durante la Guerra Civil y el Franquismo”.

El presente trabajo, en dos volúmenes, es fruto, apunta Berzal, “de la concesión, a la Fundación 27 de Marzo, del Proyecto de investigación “Voces Olvidadas” por parte del Ministerio de Presidencia”. El objetivo: avanzar en lo ya sabido acerca de la represión, resaltar la trayectoria vital y profesional de las víctimas más relevantes y “extender el campo de investigación a esos grandes desconocidos que son, en estas lides, y por el momento, el agro y las zonas mineras de Castilla y León”.

“Voces Olvidadas” sería para cualquier investigador, sobre todo para los encargados de las pesquisas en las provincias objeto de esta publicación, un éxito por las cifras obtenidas, pero estamos hablando de represaliados, de muertos, de asesinados por la barbarie franquista, y no podemos alegrarnos de ese éxito. Desde que Salas Larrazábal, en 1977, en “Pérdidas de Guerra”, estableciera sus números, y veinte años más tarde, Martín Rubio, en “Paz, Piedad, Perdón y… Verdad”, las aumentara, sólo han pasado diez años. Diez años abrumadores, puesto que han servido para duplicar el número de asesinados. De los 6.562 de Salas, pasando a los 6.727 de Martín, hemos llegado, en una carrera macabra, a la previsión de 14.600 desaparecidos, cifra que aventuran –con todas las posibilidades- los nueve investigadores que hacen posible esta publicación.

“… los estudios contenidos en este libro demuestran cómo la cruel y calculada estrategia represora iniciada desde el momento mismo de la sublevación por parte de los golpistas, con su inevitable e imborrable secuela de terror, se erige en importante factor explicativo de ese consenso social tantas veces reiterado a la hora de caracterizar las relaciones entre la sociedad castellana y leonesa y el Nuevo Estado franquista”. (Berzal). Ciertamente, el miedo a que los hechos se repitieran, sería inoculado en la población de manera indeleble, no sólo en la sociedad castellanoleonesa, lo cual explicaría la desmovilización política durante los años del franquismo, pero no los más de treinta transcurridos desde que éste finalizara.

Creemos, sin temor a equivocarnos, que “Voces Olvidadas” será durante muchos años una publicación insuperable. Junto a los trabajos que llevan a cabo las asociaciones de la Memoria Histórica, exhumando cuerpos de las cunetas y los montes, servirá para devolver la dignidad a tantos inocentes víctimas de su ideología izquierdista. Pero sobre todo para que la verdad se sepa y los tópicos caigan de una vez por todas. Si además sirviera para pedir responsabilidades a quienes todavía campan a sus anchas por nuestras tierras, significaría que la Justicia habría hecho su trabajo.

© Isabel Goig

 

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